En la mesa de Sandra
Las personas altamente sensibles (PAS) son individuos que tienen una mayor sensibilidad y reactividad emocional ante los estímulos del entorno. Hay que entender que esa "reactividad" no es sólo a nivel emocional, se ha comprobado mediante pruebas de imágenes por escáners, que en las personas altamente sensibles ante un estímulo externo a ellas, ya sea visual, experiencia, que perciban como doloroso se activan las mismas áreas cerebrales que si lo estuviesen experimentando en primera persona. De ahí que se activen respuestas fisiológicas propias de ese estado de "dolencia", "miedo", etc. Pueden procesar la información sensorial de manera más profunda y experimentar emociones de manera intensa. Esta característica puede afectar a varios aspectos de la vida, incluyendo la salud digestiva.
Se ha observado que las personas altamente sensibles pueden ser más propensas a experimentar problemas digestivos y trastornos gastrointestinales. Algunas posibles razones para esta asociación son:
Es importante tener en cuenta que no todas las personas altamente sensibles experimentarán problemas digestivos, y no todos los que padecen problemas digestivos son altamente sensibles, de echo se considera que sólo un 10% de la población es pas. Sin embargo, existe una posible relación entre la alta sensibilidad y los trastornos gastrointestinales muy elevada, y no es de extrañar ya que actualmente tenemos suficiente evidencia científica para afirmar que las emociones mal gestionadas, el estrés prolongado en el tiempo debilitan nuestra barrera intestinal, debilitando por ende nuestro sistema defensivo haciéndonos mucho más vulnerables a infecciones o afecciones a diferentes niveles de nuestro organismo.
Si eres una persona altamente sensible y experimentas problemas digestivos, aquí hay algunas estrategias que podrían ayudarte:
Manejo del estrés: El estrés puede desencadenar o empeorar los síntomas digestivos. Aprender técnicas de relajación, como la respiración profunda, la meditación o la práctica de actividades que te ayuden a reducir el estrés, puede ser beneficioso.
Alimentación consciente: Prestar atención a tus hábitos alimentarios y cómo los alimentos te afectan individualmente puede ser útil. Mantén un diario de alimentos para identificar posibles desencadenantes y considera buscar orientación de un profesional de la nutrición para una dieta adecuada.
Autocuidado emocional: Practica actividades que te ayuden a regular tus emociones, como el ejercicio regular, la terapia psicológica, el tiempo de calidad para ti mismo y el establecimiento de límites saludables en tus relaciones y entorno.
Apoyo profesional: Si los problemas digestivos persisten y afectan tu calidad de vida, es recomendable buscar el apoyo de un profesional, para una evaluación y manejo adecuado de los síntomas.
Recuerda que cada persona es única, y es importante encontrar las estrategias que funcionen mejor para ti.
Cuídate mucho, pero cuídate bien, que tengas un buen día,
Sandra, tu dietista
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